Arantxa Fernández. Arquitectura y Paisajismo.

Diálogo 8

PERDIDA EN EL PARAISO DE UMBERTO PASTI.

El paraíso de Umberto Pasti, no es sólo un jardín en Rohuna (Marruecos), es una bellísima historia de amor en la que me he sumergido durante días, he podido sentir, oler, ver al pueblo yebalí, habitantes de la Baitia, he reído y llorado con las anécdotas de una sencillez y riqueza extraordinarias, imaginado los Iris tingitana tiñendo de azul la costa, he odiado a las empresas constructoras de urbanizaciones turísticas e incluso he entendido, sólo un poco, cómo funciona el derecho de propiedad en el norte de Marruecos, dónde la tierra nunca llega a ser del todo del hombre.

Umberto Pasti, no es un paisajista al uso, es un enamorado de la ecología con fuertes convicciones, no llega a la Baitia como un “nazrani” forastero invasor, se instala en su finca desde un profundo respeto al paisaje y a sus “djinn” duendecillos, a la cultura antigua, al ser humano en toda su concepción, ama a cada personaje partícipe en la construcción del jardín, reservorio de plantas amenazadas por el avance del progreso, un “afrit” diablo.

Si le hubiera conocido en Tánger, un día cualquiera en un mercado de antiguallas, le habría seguido a salvar bulbos de iris, me habría hecho parte de su equipo de jardineros junto a Fadid y Mustafá, habría aprendido a reconocer los vientos y las nieblas, a practicar la “dunia ania” alegría despreocupada, me hubiera ido de fiesta yebalí y bañado en la playa cercana rodeada de niños traviesos, incluso habría intentado enseñar en la escuela que nunca prosperó.

El “gharsa” (jardín) de Umberto Pasti y la Baitia se quedan en mi corazón y ojalá que el “mektub” (destino) me lleve un día a conocerlo.

“Un jardín es un jardín cuando uno se siente en casa” Umberto Pasti

¡Me he sentido en casa!

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